miércoles, 19 de marzo de 2014

MARIO GOMEZ DA SILVA

El teniente Caballero Legionario Mario Gomez Dasilva

EI otro día encontré por casualidad, una fotografía del viejo Sahara en la que estábamos Mario y yo después de entrenar, en la pista de atletismo de la Sagia en El Aaiún, en 1974,
Mario, había pasado la vida, en África con la Legión en 1974 era Cabo Primero, y era duro de verdad. Fuerte , moreno, su cara resplandecía de insultante vitalidad. No de esos duros de barra de bar que van por ahí marcando cuero y posturitas, sino duro de cojones. Además era mi amigo. Lo era tanto que cuando nos volvimos a encontrar en nuestra Cofradía del Cristo de la Buena Muerte de Málaga no hizo falta hablar, si no que nos abrazamos, por que volvimos a sentir los años de juventud y otra vez a llorar como de costumbre.
Mario ahora ha muerto. En diciembre otro león del desierto se nos ha ido Y aunque tenía las dos estrellas de teniente en la bocamanga, para mi siempre será mi Primero. Así lo conocí, y así lo recuerdo.
Hay cosas de mi larga relación sahariana con Mario que no contaré nunca, ni siquiera ahora que a él ya le da lo mismo. Resumiré diciendo que era de esos tipos testarudos y valientes que los seguirías al fin del mundo, que se enfrentan a un consejo de guerra, se comen una cadena perpetua o son fusilados en el campo de batalla. También tenía sus lados oscuros, como todo el mundo.
Muchos de sus jefes no lo querían, pero todos lo respetaban. Yo lo quería y lo respetaba, entre otras cosas porque siempre cobijó a los deportistas y el era un portento, corria, saltaba, un atleta completo, por lo que la admiración estaba asegurada.
Parece mentira la de amigos que llevo enterrados ya. Pepe Remon, el Piños, Mario.
Qué cosas. Uno lleva todo eso consigo sin elegirlo. Simplemente porque forma parte de tu vida; y a veces se encuentra,uno sin. pro ponérselo, dialogando con sus fantasmas ante una foto, un recuerdo inesperado. Nostalgia, supongo. A fin de cuentas, somos lo que recordamos. Y un día, callado o ante otros, recuerdas. Lo cierto es que, aunque han transcurrido no se cuanto tiempo, Mario por lo menos es una de esas sombras más queridas.
La ultima vez que lo vi acababa de pasar un pequeño bache físico pero se vino arriba y me abrazó. !Señor que fuerza trasmitía¡, como si de un ciclón fuera . Estaba con uniforme de gala y todas sus medallas, me miró con esa mirada penetrante a los ojos y me dijo con ese medio español-portugués estoy bien….estoy bien…
El diablo de los ojos verdes

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días! Me gustaría ponerme en contacto con usted para preguntarle unas inquietudes de carácter personal sobre este artículo. Mi correo es lola_bunny_bunny@live.com, si tiene un hueco escríbame y le comento. Gracias.

Anónimo dijo...

Buenas podrías contestarme por privado, me gustaría saber más sobre este artículo. Es muy importante para mi. Maay864@gmail.com

Anónimo dijo...

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