http://www.mediafire.com/file/r8ai2288o5425ew/1655+jwr-s+mundopdf.pdf
http://www.mediafire.com/file/f49pmvsh2ktkeeb/1654+jwr-p+mundopdf.com.PDF
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En Estados Unidos la crisis económica alcanza
proporciones catastróficas, hasta el punto en el que el sistema se desmorona y
la vida tal y como la conocemos deja de ser posible. No tardan en iniciarse los
disturbios y los saqueos, que se traducen en millones de muertes a lo largo de
toda la nación. La anarquía se apodera del país más poderoso del mundo, impera
la ley del más fuerte y los ciudadanos de a pie se ven incapaces de sobrevivir
en un escenario de desgobierno total.
Pero la debacle institucional no cogió por sorpresa
a todos los norteamericanos. A lo largo y ancho del territorio, pequeños grupos
de personas se han ido preparando durante años para la posibilidad de que una
catástrofe diera al traste con la civilización. Pertrechados con abundante comida,
infinidad de armas y munición, suministros de todo tipo y Biblias (ejem), los
survivalistas tienen la capacidad de hacer frente a la situación con cierta
comodidad. Mientras esperan que el caos vuelva a dejar paso al orden, estos
patriotas defenderán a sangre y fuego su libertad, ya sea contra saqueadores o
contra las tropas “pacificadoras” dirigidas por un autoproclamado presidente de
los Estados Unidos.
Patriotas es un libro de ficción, pero puede
que no lo sea por mucho tiempo si la economía mundial sigue por el camino
actual. La fragilidad de nuestra sociedad resulta evidente, así como nuestra
vulnerabilidad y dependencia de agentes externos que nos garanticen la
supervivencia. Por eso, la posibilidad de que el mundo de comodidades y
relativa seguridad del que disfrutamos se revele como un espejismo, resulta más
aterradora que la mayoría de las novelas de horror que podamos leer.
Los survivalistas (o sobrevivencialistas) existen
realmente y, si bien hay grupos en prácticamente todo el mundo, proliferan
sobre todo en determinados estados norteamericanos. En principio, cualquier
persona puede ser un survivalista, pero Wesley Rawles ofrece una versión muy
particular en su novela, y esta puede resultar incómoda y difícil de aceptar
para determinados lectores (entre los que me incluyo): los protagonistas
de Patriotas son cultos, cristianos devotos, expertos en el manejo de
armas de fuego y, por supuesto, acérrimos defensores del derecho de cualquier
ciudadano a poseerlas. Así, con un rifle en una mano y una Biblia en la otra,
los personajes del libro no tienen problema alguno en pasar de estudiar el
Antiguo Testamento a acribillar enemigos con una pericia que el mismísimo John
Rambo envidiaría.
Lo anteriormente expuesto no debe entenderse como un
defecto del libro, sino como una forma particular de ver la vida que el autor
parece abrazar y que cuenta con multitud de seguidores en su país de origen.
Aunque reconozco que al principio me resultó chocante el modo en que los
survivalistas concebían su existencia cotidiana, a la larga acabé por
asimilarlo como un elemento fundamental de la novela.
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